Érase una vez, un niño llamado Stink. Un día se fue a comprar chuches a una tienda. Sé compró un montón de cosas, pero lo que más le gustó fue un rompemandíbulas supergálactico. Él creía que le iba a romper la mandíbula como ponía en la etiqueta, pero cuando se acabó le dio la sorpresa, de que no le había roto ni un trocito de mandíbula. Justo la semana pasada, en el colegio estaban aprendiendo a escribir cartas. Entonces se le ocurrió la idea de escribir una carta al fabricante. Al día siguiente, se encontró con que el cartero había traído un paquete, con cientos de rompemandíbulas de todos los tamaños. Entonces, empezó a escribir cartas a todo el mundo, y empezó a recibir juguetes de todas las fábricas. Llegó un momento en el que su madre y su padre le dijeron que no escribiera más cartas.
Mi opinión sobre el libro, es que me ha gustado bastante, aunque algunos que me he leído, me han gustado más. Firmado…
JESÚS
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