El martes 22 fuimos a la mina de Escucha. Era una auténtica mina de carbón.
Los encargados de la visita nos vistieron de esta forma: nos pusieron un casco y un cinturón con un aparato de metal con una mascará antigás por si hubiese algún incendio, salida de gas o algo parecido.
Bajamos a 250 m de profundidad, en un tren y lo que quedaba lo hicimos andando.
Lo que me sorprendió fue todo pero entre eso, me sorprendió más, que bajaban mulas para arrastrar carretillas llenas de carbón. Nos contaron que las mulas, sobretodo una mula en particular, si el primer día le ponían 2 carretillas, al siguiente día también porque sino se sentaba en el suelo y no se levantaba, hasta que no le ponían 2.
OPINIÓN: se me ha quedado deciros que una vez que bajaban se quedaban ciegas, no volvían a salir y se morían allí. Me lo pasé genial.
Todo esto ocurrió en la semana que fuimos a Daroca.
Bueno, adiós. Pilar.
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